Hoy os traigo
un dulce muy típico en Castilla y León, en algunos sitios se les llama
orejuelas y en otros hojuelas, pero son lo mismo, en mi casa de toda la vida,
orejuelas. Son muy parecidas a las rosquillas, pero no sé por qué a mí me gustan
mucho más, quizás sea porque son mucho más crujientes. En mi casa mi abuela las
ha hecho de toda la vida, pero por aquí no son muy conocidas, así que espero
que os animéis, que es un dulce muy rico y que no cuesta nada hacer, y es
algo diferente cuanto menos.
INGREDIENTES: los ingredientes van en función de los huevos que
usemos.
Por cada huevo:
1 copa de anís
1 cucharada sopera de mantequilla
4 cucharadas de levadura
1 cucharada de azúcar
Una pizca de sal
Harina la que admita
ELABORACIÓN:
En primer
lugar batimos los huevos, junto con la mantequilla, la sal y el azúcar hasta
que la mantequilla quede bien deshecha, y seguidamente añadimos el anís y la
levadura, y batimos de nuevo.
Cuando tengamos
todo bien se va agregando la harina
hasta que la masa no se nos pegue en los dedos. Cuando hayamos
conseguido la masa la extendemos sobre la encimera y la extendemos con un
rodillo hasta que se quede muy fina. Y con la ayuda de un cuchillo cortamos la
masa como queramos (normalmente en tiras) pero sin pensar, como nos vayan
saliendo (no muy grandes que al freír crecen).
Una vez que
las tenemos cortadas se fríen como las rosquillas, con abundante aceite y muy
caliente y con una peladura de de naranja en el aceite. Cuando estén doradas
(esto es al gusto, muy negras, más blanquicas… eso es al gusto a mi muy negras
no me gustan) las sacamos sobre papel para que escurran y espolvoreamos con
azúcar glas. (mucha gente en vez que azúcar las rocían con miel).
MIRIAM
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